9 Secretos de la Abuela para Preparar las Mejores Albóndigas Caseras

9 Secretos de la Abuela para unas albóndigas perfectas:
La mezcla de carnes es clave: Mezclar res y cerdo da un sabor y una textura mucho más equilibrados que usar una sola carne.
Hidrata el pan: Si usas pan duro, remójalo en leche en lugar de usar pan rallado seco; esto hace que las albóndigas sean más jugosas.
Evita mezclar en exceso: Manipular la mezcla demasiado compacta las albóndigas, haciéndolas duras.
Fríe para sellar el sabor: Dorar las albóndigas antes de cocinarlas en la salsa potencia su sabor y evita que se desarmen.
No temas la grasa: Las albóndigas con algo de grasa en la carne son más jugosas. No uses carne completamente magra.
Ajusta las especias: El ajo fresco, el perejil y el parmesano son básicos, pero puedes experimentar con nuez moscada o una pizca de comino.
El tamaño importa: Mantén un tamaño uniforme; las albóndigas pequeñas son ideales para pasta, mientras que las grandes destacan solas o con puré de papas.
Cocción lenta: Cocinar las albóndigas a fuego lento en la salsa permite que absorban los sabores sin secarse.
El toque final: Agrega queso parmesano rallado o albahaca fresca justo antes de servir para realzar el aroma y sabor.